El sistema visoespacial consiste de una serie de habilidades
utilizadas para entender conceptos direccionales que organizan el espacio
visual externo. Estas habilidades llevan a comprender la diferencia entre
conceptos de arriba y abajo, atrás y adelante y derecho e izquierdo
El individuo desarrolla la conciencia de su cuerpo con
relación al espacio y la relación existente entre los objetos y él. Las
habilidades espaciales son importantes para muchas destrezas que incluyen
“navegar” a través del mundo, giros a la derecha o la izquierda, el seguimiento
de instrucciones “pon tu nombre en la esquina derecha de la hoja”, el
reconocimiento de la orientación y secuencia de los símbolos lingüísticos b y d
y numéricos. El sistema visoespacial se subdivide en tres habilidades:
• - Integración bilateral
• - Lateralidad
• - Direccionalidad
La integración
bilateral es la habilidad para usar los dos lados del cuerpo en forma
simultánea y por separado de una forma consciente, y permite dar el fundamento
motor para comprender la diferencia entre los lados derecho e izquierdo del
cuerpo.
La direccionalidad es la habilidad para interpretar
direcciones hacia la izquierda o derecha en el espacio exterior y consiste a su
vez de tres habilidades:
•
Habilidad para identificar la posición
direccional de los objetos en el espacio: “¿La ventana está a mi derecha o a mi
izquierda?”.
•
Habilidad para identificar la posición derecha o
izquierda de otra persona. Esto depende de la comprensión que las posiciones
derechas o izquierdas cambian de acuerdo a la orientación de la persona.
•
La habilidad para aplicar conceptos
direccionales en la orientación espacial de los símbolos lingüísticos como b y d.
Dentro de los desempeños que se pueden afectar por
disfunciones del sistema visoespacial están: una coordinación motora pobre que
se reflejará en movimientos torpes y tropiezos con objetos y dificultad para
orientarse en las direcciones derecha e izquierda. Muchos niños con problemas
visoespaciales presentarán errores de inversión de letras, especialmente de
letras que son espejos una de la otra como la b y la d. El niño presentará
también tendencia a rotar letras y números alrededor del eje vertical.
Es importante anotar que la inversión de letras es normal
dentro del proceso de lectura en kínder y en primer grado, pero hacia los ocho
años de edad debe haber desaparecido esa inversión. Si persiste será necesario
explorar las habilidades visoespaciales.
ARGÜELLO FLORES KEVIN DANIEL TV51
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